miércoles, 6 de abril de 2011

EL MILAGRO DE LA NATURALEZA


Debo confesar que me sigue sorprendiendo; me sigue maravillando... De nuevo brotan las hojas donde sólo había ramas desnudas. Los montes vuelven a recubrirse de una exuberante frondosidad. Surgen flores de increíbles formas y colores; aparecen por todos lados, desde las humildes margaritas en los prados a las más sofisticadas y extrañas de los jardines.

Es la luz, es el sol, es el calor que devuelve la fuerza y la energía después del olvido del invierno. A mí también me da fuerza y energía. Cuando abro los ojos por la mañana me encanta ver entrar la luz a través de la ventana; tomar mi primer café sentada viendo a mi perro retozar sobre el verde intenso y tumbarse al sol que empieza a calentar; y observar los movimientos impredecibles de una pájaro de pico naranja que comparte conmigo esos minutos de calma y sosiego antes de empezar el trajín del día. Sencillo, pero milagroso.

La he visto llegar muchos años ya; después del frío, la lluvia, de recogerme al abrigo del fuego la primavera inunda los ánimos con su intensa luz, con su tibia caricia. Pero siempre la espero para que me reconforte y me inunde hasta los huesos.

En mi tierra es especialmente bonita, agradecida, llamativa. Todos los paisajes se hacen más vivos y más intensos; el verde más verde y con más tonalidades; el cielo más limpio, más profundo. Y todo parece más real, abandonando la bruma misteriosa del invierno.

Detengámonos a disfrutarla; nada nos lo impide, está al alcance de nuestra mano y es tan fácil tocarla, olerla, saborearla....!


No hay comentarios: