SOLOS EN SOCIEDAD

Alguien dijo que rehuímos de la soledad porque son pocos los que gozan de la compañía de sí mismos. Es posible que sea cierto....

Somos seres sociales y las relaciones con los demás son el espejo de nuestros actos y de nuestros pensamientos. Necesitamos que nos oigan, que nos vean, que nos entiendan e incluso que nos contradigan para remarcar nuestras posturas y nuestros postulados. Y en el terreno emocional, esa necesidad es incluso mayor.

Pero no es incompatible con la soledad. Porque también necesitamos el silencio, la reflexión, que nos permita saber dónde estamos, dónde queremos estar, quiénes somos y quiénes queremos ser. Conocernos.

Sólos y acompañados. Así debemos vivir.

LAS PEQUEÑAS GRANDES COSAS

Hoy es fiesta. Ha amenecido un precioso día, muy típico de Cantabria, con el cielo azul salpicado de nuebes, unas blancas, otras grises. La luz ya es otoñal, pero cálida e intensa. Y yo estoy simplemente reclinada en mi tumbona, mirando, más bien admirando mis flores, mi cesped de verde rabioso, riendo con las piruetas de mi perro que apenas acaba de dejar de ser un cachorro.

Simple, sencillo, cotidiano pero hermoso. No puedo ocultar sentirme feliz, con una satisfacción humilde porque humildes son las cosas que me hacen sentir así: tranquila, serena, ajena a las complicaciones de la vida que en otros momentos me agobian. Y me digo: disfruta!!.

EL MUNDO EMPIEZA DE NUEVO

Se ha estado repitiendo durante miles de años. Pero eso no impide que cada vez que ocurre, todo parezca distinto a partir de entonces. Y en realidad así es. Todo es diferente.

La primera vez que ví latir su corazón, el mío pareció pararse. Estaba allí, en una pantalla llena de tonos del blanco al negro, moviéndose a un ritmo increíble. No podía apartar mis ojos de aquel aparato frío y aséptico que, sin embargo, generaba tantos sentimientos y tan intensos...

Algo había que era mío pero no era yo.

LA ADICCION DE VIAJAR

He querido empezar mi blog confesando mi adicción más profunda: viajar.

Empezamos cada día a la misma hora; seguimos los mismos pasos, vemos las mismas caras y pocas cosas cambian...todo, o casi todo es conocido y previsible.

Pero cuando te levantas y debes coger la maleta para anochecer en otro lado, el paisaje, los edificios, incluso la rutina es otra, hasta los minutos son diferentes, el tiempo cambia.

Lo disfruto tanto....antes, durante y después. Ver con mis propios ojos lo que antes sólo era una foto en un libro o una guía. Miro ansiosamente todo, que nada se me escape y todo quede grabado en mi retina. Los rostros de toda esa gente que estaba allí antes de llegar y siguirá cuando yo me vaya.

Vuelvo enriquecida, como si cargara mi mochila y mi dia a día es mejor.