sábado, 18 de octubre de 2014

Grupos humanos, grupos de humanos

Los humanos, antes incluso de serlo, tendimos a agruparnos, a formar manada, donde se repartían tareas y funciones. Y con la misma naturalidad, en paralelo, se fueron haciendo grupos más grandes, más elaborados, creando jerarquías, liderazgo porque siempre hubo quienes encabezan y quienes les siguen. La organización regulada, es la piedra angular que permite una relación entre unos y otros, que se establezca comunicación y se marquen pautas, en la doble dirección. 

De esta forma se han ido creando grupos, sociedades, estructuras más complejas, incluidas los partidos políticos. Y los partidos, como otras entidades democráticas, tienen sus propios foros de debate donde se canalizan en tiempo y forma las distintas corrientes. Así debe entenderse y así debe ejercerse. Eso es lo leal y lo enriquecedor para el colectivo y para los que forman parte de él. Es lo que permite que permanezcan vivos, activos, pegados a la realidad para ser capaces de adaptarse a ella y plantear sus respuestas a los problemas.


También es natural que surjan fricciones, desencuentros, distintas percepciones de los problemas o de sus soluciones, incluso lucha de ambiciones. Y para dar curso a todas esas situaciones están previstos esos foros. Quien no participa en ellos y no los  utiliza sino que recurre a otros al margen del grupo al que pertenece se desautoriza para cualquier reproche porque se margina, se aparta y no colabora en la construcción del colectivo. 

Pero todo eso forma parte de la naturaleza humana. Agruparse, alejarse, reagruparse. Y no pasa más!.