miércoles, 19 de diciembre de 2012

VOLVER POR NAVIDAD

Cuando llegan estas fechas parecen imprescindibles los clásicos anuncios publicitarios en los medios de comunicación. Yo no los necesito para atacar ciertos productos porque soy una golosa irrecuperable. Pero no hay Navidad que se precie que no venga precedida de eso de "Vuelven por Navidad".

Este año tiene si acaso mayor sentido porque ahora no son sólo los turrones. Una pléyade de jóvenes rehacen sus maletucas para volver a casa. Y digo volver porque ellos no están en sus casas. Ellos, y cada día son más, con su título debajo del brazo,  la necesidad de empezar el futuro y el arrojo imprescindible para lanzarse a un entorno desconocido, han decidido dejar España. 

Sin duda viajar, conocer otros países, otras culturas, adquirir experiencia, aprender idiomas son absolutamente imprescindibles para una realidad como la nuestra con menos fronteras y más globalización. Las generaciones de jóvenes de hoy han crecido con esa mentalidad de pertenecer al mundo. Y eso es, no sólo algo bueno en sí mismo, sino que les ha ayudado a que dejar atrás su país, su familia y sus amigos no sea tan traumático.

Sin embargo esto no debe apartarnos del hecho de que la realidad no es sólo ésa. Todos los jóvenes, o al menos muchos de ellos, se van porque no hay alternativa. No tienen opción en un país que ha estado invirtiendo años y dinero en su formación. Una formación que ahora valoran y disfrutan otros países. 

Ya no son aquellos españoles que se iban en los 50's y 60's con sus manos dispuestas a hacerse un futuro. No. Ahora exportamos a los hijos en que las familias españolas hemos volcado nuestros esfuerzos y nuestras esperanzas. A los hijos que hemos preparado para que construyan el mañana desarrollando su cualificación. Y seguramente lo lograrán. Conseguirán ser grandes profesionales y se labrarán un futuro de éxito. Pero lejos.

Los tiempos han cambiado mucho, pero no deja de ser emigración. Inevitablemente tiene mucho de fracaso del proyecto colectivo como país. Esas generaciones debieran ser nuestros profesionales, directivos, líderes del futuro cercano. Deberían tomar el testigo del país y, sin embargo, muchos no estarán aquí. Inevitablemente tiene mucho de desarraigo familiar y social. No formarán parte de nuestro día a día, del paisaje de nuestras tierras y el calor de nuestras casas.

"Volveremos por Navidad", ¡es lo que hay!. Y entretanto, siempre nos quedará Skype. 


miércoles, 5 de diciembre de 2012

LOS AVIONES DE PARAYAS


El Gobierno acaba de anunciar que renueva los convenios con Ryanair y con Vueling. Es algo de lo que debemos alegrarnos todos. Es una bueno para los Cántabros, para el aeropuerto y sus trabajadores, para los empleos indirectos que se ven afectados (taxistas, comerciantes, hoteles, restaurantes, alquileres...).  ¡Por fin una buena noticia!.

Cuando en septiembre de 2004 la compañía Ryanair empezó a operar con vuelos internacionales y se amplió la oferta nacional con Air Nostrum, Iberia regional se consiguió que un aeropuerto como el de Parayas, antes infrautilizado, consiguiera el revulsivo que necesitaba para tener  y generar actividad, desarrollo, riqueza.

Cuando se inició esta legislatura ni el Sr. Diego ni el Sr. Arasti mencionaron nada de su proyecto sobre el aeropuerto. Su continuidad nos preocupaba; por eso el Grupo Regionalista planteó la cuestión en el pleno de septiembre de 2011 y nuevamente en octubre de este año. En la primera ocasión se puso en tela de juicio su rentabilidad, algo que nuestro grupo rebatió a través de un estudio de la universidad de Cantabria encargado por el anterior gobierno.

Sin embargo, en la segunda ocasión ya se anunciaba que la creciente actividad del aeropuerto suponía para la región un retorno próximo a los 70 millones de euros y una generación de empleo cercana al centenar de puestos de trabajo. A pesar de esto, en torno a la renovación de convenios  no recibimos ninguna respuesta concluyente.  ¿Por qué se  negaba la rentabilidad del desarrollo del aeropuerto?.?¿Por qué se negaba información a la oposición?.

Cuando Ryanair anunció que abría nuevas  rutas nacionales, a colgarse la medalla: “política de resultados extraordinarios”, dicen. Y cuando las quitan, como en los casos de Barcelona, Madrid, Gran Canaria o Lanzarote se desentienden:“son decisiones tomadas por una empresa privada”. ¿En qué quedamos?.  La realidad es que el convenio sólo contempla las rutas internacionales, no las nacionales. Y sobre las internacionales no ha habido incremento en este año y medio de Gobierno Popular. Antes al contrario, algunas se quedan en rutas de temporada y unas comienzan a cambio de la desaparición de otras, como Edimburgo por Pisa.

El inicio de operaciones de la compañía Vueling cubrió la ruta que une Santander con Barcelona que abandonó Air Nostrum. Nuestro grupo parlamentario solicitó la documentación referente a ese convenio anunciado públicamente por gobierno y compañía, sobre el  que no trascendieron detalles por “tener cláusula de confidencialidad”. Sin embargo la respuesta no pudo ser más sorprendente: “no existe convenio con Vueling”. Algo que de nuevo se desmiente con las nuevas noticias: “se renueva el convenio con Vueling por un año”. ¿Existe convenio o no?¿por qué en los medios de comunicación se habla de convenio y a los grupos políticos se nos contesta (de palabra y por escrito) que no existe?

La llegada de la compañía Volotea se produjo sin ninguna mediación del gobierno. El Gobierno intentó  beneficiarse políticamente de una decisión exclusivamente comercial de una compañía. Para nosotros lo importante  es que haya compañías que se interesen por operar en nuestro aeropuerto. El Gobierno habla de nuevas rutas cuando en realidad  tenemos las mismas operadas por distintas compañías. Para nosotros lo importante  es que los cántabros no perdamos opciones en  los destinos desde Parayas.  ¿Por qué el Gobierno habla de cuarta compañía si ya no opera en Parayas y no  hay ningún compromiso para que retome las operaciones?.

Nada de eso tendría mayor importancia. Salvo por lo que significa de manipulación de la realidad: se están falseando los datos; se está faltando al respeto al debate parlamentario; se está mintiendo a la oposición y, lo que es peor, se engaña a la opinión publica. Sorprende más si cabe viniendo como viene de un Gobierno que ha hecho de la transparencia su bandera.

Me inclino a pensar, después de año y medio de legislatura, que este Gobierno tiene una incapacidad crónica para reconocer los éxitos ajenos; tiene una obsesión patológica en convertir en fracaso todo lo realizado por otros. Esa maniquea actitud solo puede ser fruto de la propia incapacidad y de una total inseguridad.

Yo no quiero caer en esos errores. Por eso me alegro de que este gobierno haya renovado el Convenio con Ryanair. Es fundamental para el desarrollo de nuestro aeropuerto, como lo vió el anterior Gobierno, lo admitan o no.