viernes, 11 de junio de 2010

PERDÓN POR HABLAR DE POLÍTICA: OPORTUNIDAD Y OPORTUNISMO




Está claro que ahora o nunca; éste es el momento: el momento del AVE. Porque así lo prevé el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes del Ministerio de Fomento. Porque todas las Comunidades o cuentan con él o lo tienen a las puertas. Y porque es fundamental disponer de esta infraestructura para el desarrollo económico de nuestro país. Por todo eso, la reclamación del AVE a Cantabria es indudablemente oportuna.


La banda sonora de la campaña electoral del Partido Regionalista fue el tren. Y no nos costó pocos chascarrillos que digamos. Como tantas otras veces, nuestra reivindicación al grito de “queremos tren” fue motivo de mofa para muchos. Y llegados al momento de la negociación, fue la pieza clave del acuerdo de Gobierno con el Partido Socialista de Cantabria, ratificado por Madrid. El Partido Regionalista buscó la oportunidad para hacer posible lo que entendíamos era imprescindible para nuestra tierra, conseguidos ya objetivos anteriores.

A lo largo de estos últimos años, todos los pasos han ido encaminados a la consecución de este fin. Nuestro tren ha llegado ya hasta Valladolid. Y se han seguido todos los trámites administrativos necesarios para que rinda viaje a Cantabria. Pero queremos que llegue precisamente por donde interesa prioritariamente a Cantabria que llegue, por más que nos alaben la bondad (que la tiene) de otras alternativas. Lamentablemente, todos conocemos los últimos acontecimientos que nos han vuelto a relegar a la ciudadanía de segunda.


Y llegados a este punto, nos encontramos a quienes hacen oportunismo de la oportunidad. Los mismos que en 2007 ridiculizaron nuestra reclamación, hoy se arrogan el monopolio de su demanda. Los mismos que critican el acto regionalista en Monzón y dos semanas después anuncian liderar la lucha por la alta velocidad. Los mismos que rehusaron apoyar la iniciativa regionalista a favor del AVE y un día después presentan su propia iniciativa con idéntico contenido.

Oportunidad y oportunismo; el mismo origen etimológico, pero muy distinto significado. Lo verdaderamente oportuno (conveniente, puntual, exacto) y muy alejado del oportunismo (que sacrifica los principios a las circunstancias) habría sido que, como hicieran los partidos de las comunidades vecinas nuestras, todos los grupos con representación parlamentaria hubiéramos alcanzado el consenso en este asunto. Las ataduras paralizantes de unos y el ridículo juego político de otros no lo han permitido.

Entretanto, conocidas las intenciones del Ministerio, los regionalistas nos hemos mantenido exactamente en el mismo punto. En las sucesivas iniciativas parlamentarias hemos reclamado lo mismo, con los mismos y contundentes argumentos y sin cambiar el sentido de nuestro voto: a favor del AVE. Aquí no valen “si pero no” ni “yo primer”. Aquí no valen excusas para justificar abstenciones ni circunloquios para envolver los votos en contra.

En definitiva, no podemos permitirnos perder esta oportunidad.

4 comentarios:

J. Manuel Muñoz dijo...

Como siempre, Concisa, Concreta, Acertada y Oportuna. Y a quien le pese...... Ya sabe.-

Me llaman de todo.. dijo...

Querida Doña, sin ánimo de molestar, no conozco a ningún político que no utilice el oportunismo cuando le puede favorecer.
Ojalá más políticos tuvieran tu visión honesta, pero lamentablemente creo que eres la excepción que rompe la regla.
Besos Eva.

Lucía dijo...

A "Me llaman de todo..." le diré que a pesar de que hay muchos políticos que basan todo su trabajo en el oportunismo y la manipulación, siguen existiendo otros que realmente creen en su trabajo y el progreso que puede conllevar. Quizás soy una idealista, pero mejor no perder la esperanza y seguir pensando que hay algunos representantes que realmente se creen eso de "representar al pueblo" y no sólo a sí mismos.

Aún así, la presencia de los oportunistas en puestos de tanta relevancia dificulta el trabajo de los demás. Espero que por esta vez las pocas voces suenen más que las de los poderosos...

Me llaman de todo.. dijo...

Lucía, ójala todos los políticos tuvieran la honestidad de tu madre, lamentablemente, los propios políticos se "quitan de enmedio" a quienes no encajan con su "modelo", quien no toca a su son es diplomáticamente apartado.
Históricamente, el poder ha estado unido a la corrupción, ójala eso cambie algún día.
Envidio tu idealismo, yo, ni a tu años, pude deshacerme del escepticimismo, así que no te cuento ahora.