sábado, 12 de diciembre de 2009

SABER ELEGIR


Hace unos días, en una de mis largas charlas diarias con mi hija mayor, surgió uno de los problemas vitales recurrentes. ese que todos nos planteamos a lo largo de la vida, a diario: ELEGIR.
Difícil y apasionante. A veces intrascendente, irrelevante; otras definitivo, irreversible. Pero siempre supone una renuncia. No hay elección sin abandono; decimos si y no al mismo tiempo.

Pero todo eso no es más que resultado del proceso anterior, el que verdaderamente importa: cuando estudiamos las opciones, sopesamos, valoramos. Ahí está la clave. Hacerlo con el corazón y la cabeza, en una simbiosis casi perfecta que nos lleve exactamente a donde queremos.

Muchas veces es inevitable llegar tarde, o demasiado pronto. Muchas veces no hay marcha atrás y sólo cabe aceptar y seguir adelante.

Pero es el juego de la vida. Es el pequeño trocito de libertad que nos queda en un camino donde el destino, la casualidad, las circunstancias que nos rodean, pesan mucho sin que nosotros mismos podamos hacer nada por cambiarlo. Por eso hay que apostar fuerte cuando podemos. Hacerlo con decisión y valentía, conscientes de lo que podemos alcanzar y lo que dejaremos atrás.

Es cruzar un río al otro lado, dejando lejos la otra ribera. Pero a veces conseguimos una vista muy hermosa

1 comentario:

Me llaman de todo.. dijo...

Que magnificas entradas Doña, estás inspirada ultimamente.
Es cierto que tomar decisiones es difícil, pero no estoy de acuerdo que supongan una renuncia, elegir es aprender, y la vida es un aprendizaje constante, elegir no es renunciar porque la vida brinda más oportunidades siempre.
A Lucía le quedan millones de decisiones que le harán crecer, madurar y ser mejor persona, aunque se equivoque, aprenderá de los aciertos y de los errores, como tu dices; es el juego de la vida.