viernes, 20 de noviembre de 2009

MIRAR AL CIELO


Siempre me ha gustado mirar al cielo. Supongo que porque me es totalmente desconocido, no alcanzo a concebir su inmensidad. Y me crea una sensación de angustia y atracción al mismo tiempo como no me ocurre con nada más. Tal vez también lo siento con el mar, cuando el horizonte es infinito.

Cuando tenemos una noche de viento sur, cuando la brisa es suave y dulce, las luces que nos cuelgan en el techo nos recuerdan lo poco que somos, abandonados en un rincón del universo. Me lleno de melancolía, embobada mirando hacia la negrura del cielo. Y pueden pasar horas capturada por esa hermosura que encierra tantos secretos; secretos abiertos al estudio y a la imaginación en la que caben millones de años, millones de estrellas, millones de miradas. ¡Cuántos ojos han visto esto!. Y los míos son sólo dos retinas enamoradas del cielo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa entrada Doña, me gusta mucho esa sensación de que el tiempo se para, como se paro millones de veces antes en otros ojos.
El mar y el fuego me causan a mi esa sensación, el cielo no, ya ves, el sonido de las olas rompiendo, o el crepitar de unos troncos en un buen fuego..
Con que poco somos felices, y que poc lo somos.
Besos Doña.
Ofus.

Me llaman de todo.. dijo...

Ay Doña, que te vas a quedar en los huesos ¡Mira que no comer!
Te vas pareciendo a mí, y voy a recordarte lo que me decías tú a mí; "..baja a comer algo, aunque sólo sea un pincho de tortilla.."
Que a los presupuestos al final les meteran el lápiz tanto que quedarán irreconocibles..
Del otro blog he guardado muchas cosas, pero otras me dió igual perderlas.
Te diré que he encontrado cosas que escribí hace montones de años, a mano todo, porque no tenía máquina de escribir en casa y los ordenadores empezaban a pitar en UUEE, iré colgando cosillas según las vaya pasando, espero que te gusten también.
Bueno Doña, esto es, más que un comentario, un monologo.
Buen fin de semana y come bien.