Alguien dijo que rehuímos de la soledad porque son pocos los que gozan de la compañía de sí mismos. Es posible que sea cierto....
Somos seres sociales y las relaciones con los demás son el espejo de nuestros actos y de nuestros pensamientos. Necesitamos que nos oigan, que nos vean, que nos entiendan e incluso que nos contradigan para remarcar nuestras posturas y nuestros postulados. Y en el terreno emocional, esa necesidad es incluso mayor.
Pero no es incompatible con la soledad. Porque también necesitamos el silencio, la reflexión, que nos permita saber dónde estamos, dónde queremos estar, quiénes somos y quiénes queremos ser. Conocernos.
Sólos y acompañados. Así debemos vivir.