De esta forma se han ido creando grupos, sociedades, estructuras más complejas, incluidas los partidos políticos. Y los partidos, como otras entidades democráticas, tienen sus propios foros de debate donde se canalizan en tiempo y forma las distintas corrientes. Así debe entenderse y así debe ejercerse. Eso es lo leal y lo enriquecedor para el colectivo y para los que forman parte de él. Es lo que permite que permanezcan vivos, activos, pegados a la realidad para ser capaces de adaptarse a ella y plantear sus respuestas a los problemas.
También es natural que surjan fricciones, desencuentros, distintas percepciones de los problemas o de sus soluciones, incluso lucha de ambiciones. Y para dar curso a todas esas situaciones están previstos esos foros. Quien no participa en ellos y no los utiliza sino que recurre a otros al margen del grupo al que pertenece se desautoriza para cualquier reproche porque se margina, se aparta y no colabora en la construcción del colectivo.
Pero todo eso forma parte de la naturaleza humana. Agruparse, alejarse, reagruparse. Y no pasa más!.